miércoles, 30 de enero de 2013

Dos edades, dos libros



Dicen que cada libro tiene su edad. En la adolescencia, vibré con "El túnel" de Sábato, como el joven torturado que entonces era, sintiendo que podía odiar al mundo con Castel, despreciar la humanidad, angustiarme con él, sin comprender que era un paranoico, condenado de antemano a la fatalidad. Hoy, a los cincuenta años, cuando ya he coleccionado una considerable cantidad de errores, dejado ir las que quizá fueron las mejores posibilidades –¿según quién, por qué? – y atesorado dichas y venturas, disfruto de Kundera y su "Insoportable levedad del ser".